miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cinco...

Cinco días más en Beijing, y no sé en qué momento se ha ido el tiempo corriendo como agua. Llegué aquí por primera vez en Julio 2005, hace más de siete años, para volver después en 2007. Desde febrero de ese año Beijing ha sido mi hogar, un hogar en el que nunca se deja de ser extraña, y sin embargo, la gente del barrio me reconoce. Me reconocen quizá mejor que aquellos alrededor de donde crecí.
La señora de la farmacia de la esquina (¿Realmente me enfermé tantas veces que me reconoce?) me pregunta siempre que cuál es mi secreto, al parecer no confía en la fuerza de voluntad. Los guardias del edificio siempre curiosos de qué hago y a dónde voy (el chisme es al parecer un carácter universal, un requisito para ser concierge). En el mercado, la señora del jianbing sabe que lo quiero con dos huevos y medio chicharrón, con un extra de picante. Ella también se va la próxima semana, no sabe cuándo volverá. 我也不知道.