domingo, 9 de octubre de 2011

¿Niebla? ¡si, claro!

No es para nadie secreto que la contaminación en China alcanza niveles peligrosos. Bueno, quizá hay un grupo excluído de este dato: los propios Beijineses.
El día de ayer fue otro de aquellos que el Beijing AQI (Air Quality Index) publicado por la Embajada de Estados Unidos en China clasifica como "Hazardous". A las 20:00 horas se detectó un nivel que sobrepasó la capacidad del medidor, con un tope de 500. ¿Qué significa este número?
El AQI mide el número de partículas ultra-finas (2.5 micrones o menos) presentes en el aire, provenientes principalmente de los vehículos y las fábricas. El promedio máximo de estas partículas por hora que es aceptable para la salud humana es 35 microgramos por metro cúbico, correspondientes a un AQI de 100 puntos. Esto quiere decir que ayer estuvimos expuestos a más de 5 veces el promedio máximo que es aceptable para respirar.
Desde luego no es la primera vez que esto pasa, y considerando los grandes números de vehículos rodando por las calles pekinesas, tampoco será la última. A esos niveles, es algo que es palpable en el ambiente, fácilmente visible a simple ojo. Sin embargo, el todopoderoso control local ha encontrado la manera de disfrazar esta contaminación: llamemos a esta nube negra, niebla.
Constantemente los reportes del tiempo publican esta condición para los cielos pekineses. Y la gente sigue su día normal. Los chicos siguen jugando en las calles, y eventos deportivos siguen su curso. No menos que ayer fue la final del Tour de Beijing, y el Abierto de Tenis de China. Existe también un índice de contaminación oficial, pero este rara vez (nunca que yo haya sido testigo) sobrepasa niveles clasificados como "moderados". Esto se debe principalmente al índice utilizado oficialmente por las autoridades locales, que mide niveles de ciertos gases en el ambiente, pero no las partículas finas. Para justificar los cielos oscuros, la niebla es la excusa perfecta, aún cuando los niveles de humedad se mantienen mínimos en estas fechas. Incontables discusiones con colegas chinos me han dejado en claro que el gobierno ha ganado esta batalla de disfrazar la contaminación de inclemencia climática.
Existen reportes de que esto cambiará en el futuro próximo. Por lo pronto, aquí en Beijing seguimos en ocasión respirando aires de calidad dudosa. Ya vendrán los tiempos de cielos azules otra vez, y en los que podremos dejar la mascarilla en casa.


  • Contaminación: 污染 wuran.
  • Contaminación del aire: 空气污染 kongqi wuran.
  • Niebla: 雾 wu.
  • Clima: 天气 tianqi.
  • Reporte del clima: 天气预报 tianqi yubao.
  • Mascarilla: 口罩 kouzhao.

Fuentes adicionales:

lunes, 28 de febrero de 2011

Danza a Tláloc, reloaded.

Una de las cosas que ya son un tanto cotidianas aquí, y que por lo mismo rara vez me detengo a pensar en ello, es el clima en Beijing. Casi cualquier curso de chino mandarín tiene una lección sobre las estaciones y el clima en sus primeras páginas, pero nunca mencionan el hecho de que el clima, al menos en esta ciudad capital, es ocasionalmente manipulado.
Este fin de semana nevó. Pero no se trató de cualquier nevada, ni siquiera fue una gran carpeta blanca la que cubrió las calles. No. Su peculiaridad radica en que fue provocada artificialmente por las autoridades de la Oficina de Modificación del Clima de Beijing, quienes ante la sequía que ha azotado a la región, no desperdician ninguna oportunidad para provocar lluvia, que en estas bajas temperaturas de final de febrero, se transformó en nieve.
El que un gobierno tenga la capacidad y la disposición de realizar estos cambios, es algo que debe en verdad provocarnos sorpresa. Desde luego no se trata de ningún acto de magia, sino que, con condiciones de humedad mínimas requeridas para el proceso, se "bombardean" las escasas nubes con yoduro de plata, lo que activa el proceso de lluvia.
Algunos detractores de la técnica dicen que aún se conoce poco sobre las consecuencias que puede tener el utilizarla dentro del mediano y largo plazo, y hay quienes aseguran que el abuso de la misma puede provocar sequías aún más prolongadas y serias. Pero por el momento, las autoridades locales parecen no reparar en ello. El sólo hecho de que exista una oficina dedicada exclusivamente a ello es una muestra de la importancia que se le da al tema en esta ciudad capital.
Así pues, seguir el estado del tiempo de manera constante siempre puede traer súbitas sorpresas, ya que en China, hasta el clima puede ser fake.